La excelencia consiste en tratar de hacer todo en grado óptimo, y quedar siempre disconforme, porque mañana tengo que hacerlo mejor.
Es la condición de superior calidad o bondad, y por lo tanto excelente es lo que sobresale en bondad, mérito o estimación, entre las cosas que son buenas en una misma especie.
Es decir dentro de lo bueno, lo mejor.
Hay una actitud que conspira contra la excelencia, que es considerar el talento como elemento único y primordial.
Si bien es cierto que el talento importa, y los talentosos en cualquier orden de la vida tienen superioridad en cuanto a su desarrollo, a las acciones encaminadas por dicho talento y frente a los demás, hay otro elemento a considerar de igual magnitud que es el esfuerzo.
El talento sin esfuerzo no lleva a buen puerto, y por eso es importante el trabajo, la motivación y la superación personal de cada uno.
Otra condición es el fin de la acción; aquellos que consideran sólo ser los mejores, superiores a todos y nunca ser segundos, estarán condicionados por dicha motivación, ya que es posible que no lo logren, pero si su fin es propender, es decir tratar todos los días de ser un poco mejor, habrán llegado a la excelencia, porque también se puede aprender de las fallas o errores cometidos.
La excelencia tiene que ser un compromiso, lograr tener el hábito de ser excelente y la motivación de buscarlo.
El individuo debe nutrirse de la mayor autoestima, tener una excelente capacidad emocional para el desarrollo de sus capacidades, y tolerar la frustración, el fracaso y los errores.
El compromiso debe ser personal, y fijarse metas parciales, no importa que sean pequeñas, a fin de lograr superarlas y encarar otras mayores.
Para ello no hay nada mejor que la constancia y la perseverancia, y la férrea voluntad, aun en medio de las dificultades que n la vida y la sociedad.
La actitud positiva, creer que es posible, la acción encarnada en el esfuerzo y la capacidad, y con el propósito de creer que se puede, es la mejor forma de alcanza la excelencia.
Contar con firmes valores y pensar siempre en lo superlativo.
De allí el encabezado “mañana debo hacerlo mejor”.
La excelencia es una forma de vida, una condición personal que se adopta a partir del conocimiento, la aceptación y la perfección de los valores que tomamos para nuestra conducta.
Se convierte de a poco en una forma de sensibilidad, que siempre está atenta a ser mejor, y a perfeccionarse, teniendo en cuenta que no hay perfección posible y que el hombre en su finitud siempre puede ser mejor.
Se vislumbra esa actitud en las acciones y las tareas que uno propone y realiza, como así también en los modelos y las enseñanzas que emprende en relación al entorno social.
Entonces nuestras acciones tenderán a ser óptimas, y serán mejores día a día. Es consecuencia de nuestro yo interior, imbuido de esa pasión por hacer lo correcto, y estar siempre dispuesto a mejorar.
Hay una excelencia personal, que involucra a todo mi ser; a mi forma de pensar, a mi forma de desear, a la forma en como educo, como reparto, como intento hacer justicia.
También se manifiesta la excelencia en el compartir, porque no hay nada mejor que aquello que se comparte con los demás.
Desde la mayor humildad, sin ningún egoísmo y sin guardarse nada, la actitud de cada uno, debe ser congruente con lograr también la perfección y la mejor vida del otro, dando de sí todo lo que fuera posible, para concretar en el otro la ambición de esta capacidad de hacer lo mejor.
La excelencia comprende por fin, la solidaridad, la amistad y el amor.
El trato y la actitud con los otros, deben ser excelentes, y mejorar siempre, aun a pesar de las diferencias, de las rencillas y rencores, y de la indiferencia con la que pueden tratarnos.
Es dar de sí, sin límites, sin pensar a quién y sin vuelta; dar por el hecho de dar lo mejor de uno mismo como deber existencial y porque nuestros hermanos como hombres se lo merecen.
Una vida excelente es un faro que ilumina la comunidad, es un acto de ternura que hace digna y complaciente la vida de todos.
Una vida excelente es la expresión del amor y la devoción que deben existir entre todos nosotros.
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